sábado, 27 de septiembre de 2008

EL SKETCH DEL CINISMO


Fuente Reporte Indigo


La mañana del pasado martes 23 había gran expectativa sobre lo que habría de suceder en la Cámara de Diputados. La cita era a las 11 en punto. Habrían de comparecer tres de los más importantes funcionarios del gabinete de seguridad de Felipe Calderón. Cuando habían transcurrido apenas tres semanas de las marchas Iluminemos México en varias entidades del país.

Los tres ya eran funcionarios de primer nivel desde que estaba Vicente Fox. El guanajuatense firmó, de su puño y letra, su nombramiento.

Ahora, los responsables de la seguridad nacional comparecerían ante los diputados. Una semana después del atentado terrorista en Morelia.

Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación; Eduardo Medina Mora, procurador general de la república, y Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, acudirían al recinto de San Lázaro para presentarse ante los legisladores con motivo de la glosa del segundo informe de Calderón.

El “corralito de la ignominia” –así le dicen al área destinada para los medios- estaba más concurrido que nunca. A medida que se acercaba la hora, aparecían más nombres en los enormes tableros electrónicos que llevaban el registro de la asistencia.

Llegué cuando la diputada secretaria Margarita Arenas Guzmán informó que 426 diputados habían firmado como “presentes”. Lo que resultaba extraño es que el tablero electrónico estaba casi lleno, pero el salón no. Para esa hora, ya se habían ido muchos legisladores.

Cualquiera hubiera pensado que la vergüenza asomaría

en el rostro de alguno de los tres

secretarios que estaban a punto de ingresar al

Salón de Plenos.

No sólo de las bancadas de la oposición, sino, sorprendentemente, también del PAN. Con todo y que se les había pedido su asistencia con un “llamado especial”.
La comparecencia empezó casi 30 minutos después de la hora anunciada.

Cualquiera hubiera pensado que la vergüenza asomaría en el rostro de alguno de los tres secretarios que estaban a punto de ingresar al Salón de Plenos en un desfile por el pasillo central.

Pero no. Sus caras no denotaban ni siquiera preocupación.

Mucho menos vergüenza. Si acaso, reflejaban cierto nerviosismo, el cual fue desapareciendo conforme transcurría la sesión. Y cada vez se fue haciendo más evidente el rostro del cinismo. El de la sonrisa irónica a punto de convertirse en burla y sonora carcajada mientras se escuchan las acusaciones y las críticas.

UN FORMATO A MODO

¿Por qué habían sido citados a comparecer en grupo y al mismo tiempo los tres secretarios de Estado?

Todo indicaba que se había pactado un acuerdo. Una especie de concertación de impunidad garantizada. Para empezar, los funcionarios habrían de comparecer en grupo, como para repartirse las culpas y hacer menos pesada la carga.

Pero no sólo eso. Esta vez, los “tribunos” diputados no tendrían derecho a subir a la tribuna.

Esta vez, alguien se los “madrugó”. Nada más los comparecientes podrían hacer uso del lugar privilegiado. Los diputados habrían de hacer sus preguntas desde sus curules.

¿Por qué esa prohibición? ¿Por qué la tribuna parecía un púlpito en el que más que dar respuestas, se habría de dar lectura a aburridos discursos que los asesores pasaban a los comparecientes?

Ese tema, el del secuestro de la tribuna, fue el primer asunto a tratar, aunque no estuviera en el orden del día. La discusión que precedió a la comparecencia fue el reclamo, por parte de algunos legisladores, de su inalienable derecho a hacer uso de la tribuna.

Pero la intentona fracasó. Ni en los mejores momentos de la “dictadura perfecta”, o de la “presidencia imperial”, como se le quiera llamar, la “soberanía” legislativa había pasado por ese “avasallamiento”.

¿A cambio de qué los coordinadores parlamentarios de los partidos, incluido el PRD, habrían convenido ese formato?

LA PROTESTA DE DECIR VERDAD

Otro asunto que fue motivo de controversia fue la exigencia de hacer que los comparecientes rindieran protesta formal de que se habrían de conducir con apego a la verdad.

Al fin y al cabo, la Constitución General de la República había sido reformada para tal efecto. Y dadas las recientes y reiteradas mentiras en las que habían incurrido los funcionarios del gabinete, especialmente el de Seguridad Pública, el requisito del juramento parecía indispensable.

Pero no para todos. Éste fue el caso del panista que alguna vez fue priista y al que sus compañeros apodan “el guacamayo” por su elocuencia parlamentaria.

Esta vez, como en muchas otras, salió a defender lo indefendible para que los comparecientes no prestaran el juramento. Esto ya parecía un exceso. Tuvo que intervenir el líder de la bancada albiazul para finalizar a la discusión. Se aceptó que antes de la comparecencia, los funcionarios expresaran el juramento.

Aunque, a decir verdad, lo de “la protesta” resultó peor. Daba la impresión de que el acto protocolario se había confundido con el de “toma de protesta” de quien va asumir un cargo.

Y en realidad, por lo menos en la comparecencia, la “toma de protesta” o compromiso para no mentir, no caló en el ánimo de los comparecientes. Igual no contestaban lo que se les preguntaba, que mentían olímpicamente.

LAS SEÑALES DE LA DECADENCIA.

El show continuó. Y aunque hubo serios cuestionamientos por parte de diputados de todos los partidos, incluido el del gobierno, cada vez resultaba más evidente que los secretarios del presidente Calderón estaban decididos a no contestar. Y no lo hicieron.

Como si para ellos también aplicara esa concesión de permanecer callado que otorga el artículo 20 de la Constitución a quien es acusado de algún delito penal. Y cuando contestaban, salían con domingo siete.

Con una respuesta que no venía al caso, que nada tenía que ver con la pregunta.

Leían el discursito que sus respectivos asesores les pasaban, y punto.

No había más.

Quizá por eso el acto oficial se fue haciendo tedioso. El Salón del Pleno se fue quedando vacío. Aquello daba pena ajena. El abandono de las curules era señal de la decadencia.

Hasta las clásicas y tradicionales protestas de la bancada perredista sonaban débiles y desgastadas.

Sin imaginación. Por su parte, la mayoría de la bancada tricolor había partido. Sólo permaneció, eso sí, hasta la hora de la comida, el pequeño grupúsculo de los incondicionales de Emilio Gamboa, que lo mismo se la pasaban platicando muy quitados de la pena, que dando tímidos aplausos y ánimos cuando llegaba el turno de hablar a alguno de sus correligionarios.

La bancada azul, la que se suponía habría de defender a los ministros del presidente Felipe Calderón, había defeccionado. Hasta ahora nadie sabe si fue por vergüenza o por desilusión.

Ni siquiera la fila en la que se sienta el coordinador Héctor Larios estaba totalmente ocupada.

No dejaba de ser irónico que al lado del coordinador panista estuviera Diódoro Carrasco, el priista ex gobernador de Oaxaca, y ex secretario de Gobernación de Ernesto Zedillo.

Cuando terminó aquel triste espectáculo, los secretarios de Estado salieron de un recinto casi vacío. Abandonado casi por todos. En la bancada panista sólo permaneció un pequeño grupo que se abalanzó sobre el secretario de Gobernación mendigando su saludo, como para recordarnos que hasta las formas de la fulgurante abyección de los priistas está en franca decadencia.

¿Así habrán sido los últimos días de aquel Senado romano que precedió el arribo al poder de la famosa triada de Tiberio, Calígula y Nerón?

PREGUNTAS QUE JAMAS FUERON CONTESTADAS POR MOURIÑO, GARCÍA LUNA Y MEDINA MORA.

Layda Sansores (Convergencia).

¿Lorena Gonzalez(secuestradora de caso Martí) actuó sola sin complices en la institución?

¿Cuantas Lorenas más hay con usted?

Preguntas de Comparecencia, Titulares de SEGOB, PGR, y SSP 1


Dip. Cesar Camacho Quiroz y Dip. Juan Francisco Rivera Deboya (ambos del PRI).

¿Cuántos muertos faltan para accionar de una vez por todas?

¿Qué paso con la policia Federal?

Preguntas de Comparecencia, Titulares de SEGOB, PGR, y SSP 2



Dip. Claudia Lilia Cruz Santiago y Dip. David Mendoza Arellano (ambos PRD).

¿Cuál es el número de investigación interna que usted debió haber abierto para el asunto de la Sra. Lorena González quien era integrante de la PFP?

Dip. Aida Marina Arvizu Rivas (PSD)


¿Cuáles son las razones por las que considera que hoy sigue siendo un apoyo al trabajo de Calderón como secretario de gobernación?



Dip. Obdulio Ávila Mayo ( PANazi)

¿Esta en Peligro la gobernabilidad del País?

¿Qué ventajas ha tenido sacar a las calles al ejército?





Una razón mas para apoyar a nuestro
Presidente Legítimo de México,
Lic. Andrés Manuel López Obrador.

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